domingo, 28 de febrero de 2010

La agresividad

¿Qué es la agresividad?
  • Es un rasgo más de la personalidad del individuo.

  • Es un instinto vital, una fuerza neutra que llevamos dentro y que necesitamos para sentirnos vivos.

  • No es ni buena, ni mala, si se vuelca al exterior de forma negativa se convertirá en agresión, si se reprime se enquistará y se manifestará como indisciplina, apatía, derrotismo, etc. Sin embargo si se canaliza de forma positiva será una parte del desarrollo y le permitirá al niño conocerse, comprenderse y seguir creciendo.

Causas de la agresividad

  • Autodefensa: el niño se siente agredido y se defiende.

  • Ambiente inadecuado: las tensiones, peleas, discusiones en la familia hacen tener modelos erróneos.

  • Frustración: cuando un niño no recibe lo que necesita, o cree que lo necesita, expresará su malestar.

  • Problema de espacio: el niño no puede dar salida a sus energías debido a la falta de espacio. Si reflexionamos sobre nuestra propia infancia comprenderemos algunas cosas más: estábamos mucho más tiempo en la calle, muchos vivían en casa y no en pisos, nuestros padres no nos exigían clases extraescolares tan estáticas; ahora sin embargo no queremos que el niño salga a la calle, está muchísimo rato sentado en el colegio y ¡ay de él como se mueva!. Tiene media hora de recreo, luego: comer, colegio, informática, inglés, kárate, deberes, ducha, cena, cama, y encima decimos ¡qué gusto por fin está acostado! (es broma). Dos horas de expansión libre es imprescindible, según expertos, para que el niño desfogue su energía. Los niños no pueden ni deben estarse quiertos. Hay que romper con la idea de niño quieto igual a niño bueno. La infancia se caracteriza por tres aspectos: curiosidad, movimiento e imaginación; es decir juego.

  • Nuestro ritmo de vida: hace que los niños estén más irritables porque no están preparados para soportarlo. A los niños les exigimos inmediatez: que hablen ya, que ande, que lea, que sepa, que se comporte, que, que, que. ¿ Por qué y para qué ese afán de ganar tiempo?. No podemos hacerlos madurar como tomates en invernadero.

  • Televisión indiscriminada: Ven cualquier cosa y lo peor es que las ven solos. La televisión en sí no es dañina si hay un adulto que les explique lo que pasa. Cúantos dibujos dejan como mensaje que siempre gana el que mejor pelea, el más fuerte...
Cualidades a practicar
  • Escucha: escuchar es tener la capacidad de atender el mensaje verbal y el no verbal al mismo tiempo e interpretarlo. Es la capacidad de prestar atención a toda la persona. Es importante escuchar más al niño, esperar a que terminen, no hablar por ellos, preguntarles sobre lo que nos están contando y nuna decirles que lo que dicen es una tontería.
  • Diálogo: es parte fundamental de las relaciones, comunicarse es dar opción a tener diferentes puntos de vista, es intercambiar ideas, sentimientos, dudas...
  • Reconocimiento: ver a nuestros hijos como personas independientes.
  • Cuidar las palabras que se emplean: Cambiar eres por estás: decir "eres tonto", significa juzgar a toda la persona y para siempre; conviene abusar "eres" para lo positivo, es decir "eres listo, lo cual no significa que algún rato estés tonto". Emplear menos el NO. La vida diaria de un niño está marcada por frases como: no corras, no hables así, no empujes, no chilles...Dar alternativas de no hagas esto por haz lo otro.
  • No involucrarnos tanto en las peleas de nuestros hijos, hay que permitir que los niños resuelvan solos sus peleas, hará que no fomentemos su rivalidad.
  • Expresar y demostrar el cariño: es necesario a todas las edades.
  • Dejar salir los sentimientos negativos: tanto adultos como niños tenemos que sacar los sentimientos negativos. Si hacemos que los sentimientos negativos se expresen serán aceptados y lograremos que pierdan su poder dañino.
Cómo cambiar las conductas agresivas

  • Elegiremos una conducta y trabajaremos sobre ella mucho tiempo de la misma forma, no se pueden ver los resultados de un día para otro.
  • Ensalzar siempre las conductas positivas e ignorar las negativas.
  • Poner límites claros y justos con los que estén de acuerdo ambos padres.
  • Ser buen ejemplo: . Cómo obligar a un niño a pedir perdón, si nosotros no somos capaces. Cómo pedirle que sea sincero si nos ve poner excusas. Cómo pedirle que no pegue al compañero si ve que hace cualquier cosa y se lleva un cachete.
  • Dialogar sobre esas conductas a cambiar y sobre las ventajas que tiene el que sean cambiadas.
  • Intentaremos comprender cómo se sienten.
  • Decirles todo lo que queremos y cómo vamos a conseguirlo, que a veces fallaremos pero que lo conseguiremos.
  • Darle ratitos de desfogue diarios.


Preguntas que debemos hacernos:

  • ¿Qué manifiestan nuestros hijos cuando se enfadan?
  • ¿Cómo se sienten?
  • ¿Qué necesitan para calmarse?
  • ¿Cómo se podía haber evitado la pelea?
  • ¿Cómo se siente el niño una vez que todo ha pasado?
  • ¿Le cuesta expresar sus sentimientos?
  • ¿Espero de él una conducta perfecta?
  • ¿Dispone de espacio y tiempo suficientes para él?
  • ¿Pasa demasiado tiempo viendo tele de forma indiscriminada?
Mari Carmen








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