domingo, 7 de marzo de 2010

Comunicación padres e hijos

Uno de los muchos problemas con que nos encontramos con cierta frecuencia en el ambiente familiar, son las dificultades en el terreno de la comunicación.
Comunicarse es algo mucho más amplio que hablar o transmitir una información. Nos comunicamos a través del habla, la postura, la sonrisa, el movimiento, el tono de voz, la mirada... Para comunicarnos hemos de tener en cuenta que no sólo debemos quedarnos con lo que SE DICE, sino en lo que el que escucha INTERPRETA. Para que exista DIÁLOGO (diálogo es igual a escucha más habla) tenemos que admitir y respetar esas interpretaciones y no cerrarnos en nuestra idea, y mantenerla sólo porque es nuestra, pues si lo hacemos así no estamos dialogando, sino simplemente dando nuestra opinión y esperando que el otro nos dé la razón. ESCUCHAR NO ES IGUAL QUE OIR, ESCUCHAR ES IGUAL A ATENDER.
Establecer una adecuada comunicación implica saber escuchar activamente, y no de forma mecánica, enriquecerla confiando y despertando confianza. Si un niño plantea un problema, del tipo que sea, es muy importante hacer esta escucha activa (preguntar y escuchar a la vez) y, debemos evitar:
  • Darle nuestra solución.
  • Sermoner.
  • Distraer la atención.

Con esta escucha comprobaremos qué sentimientos les despierta el problema, cuáles cree que son las vías para solucionarlo... así enseñaremos a los niños la responsabilidad y el placer de encontrar la solución por sí mismos.

Algunas de las características más importantes de deben estar presentes en la comunicación son: el afecto, la aceptación, aprobación, comprensión, tolerancia y estimulación.

No debe escatimarse el tiempo en dar explicaciones suficientes acerca de, por ejemplo el porqué de las cosas, del premio o castigo, de una prohibición, de la espera...Así el niño ve favorecida la confianza en sí mismo, aceptación de los demás, confianza, comprensión, sociabilidad...

Si respetamos la opinión del niño y le permitimos que pueda expresar su punto de vista y le dejamos manifestarse sin miedo ante nosotros, favorecemos que pueda alcanzar un concepto positivo de sí mismo. Por el contrario si a las primeras intentonas encuentran indiferencia, escepticismo o ironía, volverán los ojos hacia el amigo, compañero, o un desconocido dispuesto a escuchar, y por supuesto la información que obtenga de esta forma no será de la misma calidad, del mismo "tacto", y con el mismo cariño que lo harán sus padres.

Un punto muy importante es que cuanto mejor sea la comunicación entre los padres, mejor se comunicarán con sus hijos. Esto se une a que si los padres tienen buena comunicación dialogarán sobre la educación de los hijos poniéndose de acuerdo en puntos importantes, para que no haya una diferencia en la forma de uno y otro.

En la familia se dan los siguientes tipos de comunicación:

  • Comunicación entre los padres.
  • Comunicación madre e hijo.
  • Comunicación padre e hijo.
  • Comunicación padres e hijo.
  • Comunicación entre hermanos.

Tener una buena comunicación con nuestros hijos no significa que seamos sus amigos, no debemos pretenderlo, somos los padres y ellos ya tienen sus amigos. No obstante sí es conveniente conocer a los amigos de nuestro hijo, no con el fin de controlarle, sino con el fin de conocer cómo se mueve en el ambiente de los amigos, cómo se comporta con ellos, etc.

Hay que tener en cuenta que las dificultades en la comunicación con los hijos cuando son pequeños, se convierten en muros difíciles de romper más adelante, y no podemos pretender comunicarnos con ellos cuando nos conviene a nosotros porque veamos un problema cerca.

El diálogo se construye con esfuerzo, con paciencia y con la aceptación del otro.

Mari Carmen

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