domingo, 4 de abril de 2010

Trastornos del sueño infantil

TRASTORNOS DEL SUEÑO



El sueño es parte esencial del desarrollo y el crecimiento infantil. Se trata de una necesidad biológica y aparece periódicamente, en ciclos, con el fin de procurar un descanso al organismo y regenerar energías.


Trastornos:


Insomnio:


- El síntoma predominante es la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o la falta de sueño reparador.



- La alteración se presenta por lo menos tres veces por semana durante un mes y es lo suficientemente grave para dar lugar a cansancio diurno o a la aparición de síntomas como irritabilidad o deterioro de la actividad diurna.



- Puede comenzar a los dos años, puede ser total o parcial.



- El insomnio infantil tiene consecuencias muy negativas tanto para los niños como para los padres: llanto fácil, irritabilidad, falta de atención, inseguridad; y en los padres sentimiento de culpa, frustración, sensación de impotencia, cansancio.



- Destaca el insomnio infantil por hábitos incorrectos: es el síntoma que manifiesta dificultad para iniciar el sueño o alteración de su mantenimiento pero también puede expresar una duración del sueño demasiado corta o un poder reparador insuficiente.



Hipersomnolencia: Excesiva somnolencia diurna o crisis de sueño no explicables por una falta de sueño. El niño se duerme durante el día y suele aparecer como consecuencia del insomnio o alteraciones rítmicas del sueño.

Parasomnias:



- Son fenómenos que tienen lugar durante el sueño interrumpiéndolo o no y que se caracteriza por conductas motoras o vegetativas.



- Son benignas y desaparecen al llegar la adolescencia, se dan entre tres y ocho años y son más frecuentes en niños que en niñas.



- Las más importantes son: sonambulismo, terrores nocturnos, pesadillas, enuresis, bruxismo, somniloquia y movimientos de entumecimiento.



Sonambulismo:



- Se da alrededor de los 11 años, no se da nunca el primer episodio en adultos, si es así habría enfermedad o consumo de sustancia.



- Aparece y desaparece solo alrededor de los quince años, pero puede llegar a los veinte.



- El episodio dura aproximadamente unos treinta minutos.



- Causa desconocida aunque se suele dar en familias con antecedentes.



- Sin despertarse el niño camina por la casa; es la repetición automática de conductas aprendidas. El niño está profundamente dormido. En esta situación si se le hacen preguntas simples responde con monosílabos aunque no siempre lo hace porque no comprende el significado de las palabras.


- Es muy difícil despertarle porque está profundamente dormido y si se consigue provocaremos una gran extrañeza e inseguridad ya que no entenderá la situación.



- Se le debe reconducir a la cama con frases cortas y simples más bien dando órdenes que haciendo preguntas.



Terrores nocturnos:



- Se da sobre todo en niños de cuatro a doce años.



- El episodio puede durar cinco minutos.



- Hay que distinguirlo de la epilepsia parcial benigna y de las pesadillas.



- Trastorno benigno transitorio que consiste en la aparición súbita de una intensa agitación corporal acompañada de pánico. Se acelera el pulso, respiración, sudoración, grita, llora, emite gemidos, palabras y a veces se incorporan en la cama. Se inician con un grito de pánico o llanto brusco e inesperado.



- Causas: supresión de la siesta, ya que van privados de sueño y al iniciar el nocturno entran muy rápido en fase profunda; tensión emocional y la fatiga aumenta la probabilidad.



- Es difícil despertarle y aparece confuso y desorientado aunque luego puede volver a dormirse. La actitud de los padres debe ser vigilante para evitar daños, no se le debe hablar y mucho menos intentar despertarle.



Pesadillas:



- Se diferencian de los terrores porque aparecen en la segunda parte de la noche y que los niños recuerdan y explican lo que han soñado y les ha despertado.



- Están relacionados con algún acontecimiento exterior que ha causado inquietud en el niño y se caracteriza por la aparición repetida de sueños terroríficos que despiertan al individuo. Las palabras, gritos o pesadillas anuncian el final de la pesadilla.



- Habitualmente se asocian a ansiedad, ya que cuando disminuye la ansiedad diurna, los episodios también disminuyen en intensidad y frecuencia; también se asocia al miedo o a estrés post-traumático.



- Si los despertares nocturnos son frecuentes o el niño evita dormir por miedo a la pesadilla: dificultad de concentración, somnolencia...



Bruxismo



- Se caracteriza por una actividad rítmica de los músculos maseteros provocando contracciones forzadas de la mandíbula superior e inferior, provocando un ruido muy molesto.



- Si es muy frecuente, provoca desgaste en los dientes, dolor mandibular. Suelen necesitar prótesis dental.



Somniloquia



- Habla o emisión de sonidos durante el sueño que suele ir ligada a los ensueños. El habla puede ir desde sonidos ininteligibles hasta pequeños discursos. Fenómeno muy frecuente e inocuo del que el niño no recuerda nada.



Movimientos rítmicos



Algunos niños para conciliar el sueño efectúan movimientos de mecerse consistentes en movimientos de cabeza o todo el cuerpo acompañados de sonidos guturales. Se inician a los nueve meses hasta los dos años aprox. Preocupa mucho a los padres por la espectacularidad. Aunque se da en niños normales es más frecuente en niños con retraso mental o autismo.



El tratamiento:



- Relajación: al acostarse, se pone una música relajante y se le hace un masaje despacito en la espalda.

- Mantener hábitos correctos: acostarle a la misma hora, en su habitación ( no en la de los padres, ni en el sofá mientras ve la tele), no se usan estímulos a la hora de dormir ( no televisión en su habitación, ni juegos excitantes justo antes).


- Si se mantuvieran en el tiempo es conveniente consultar con el pediatra o con el psicólogo.



Enuresis


- Emisión involuntaria de orina durante el sueño.


- Frecuencia para considerarlo dos veces por semana durante tres meses.



- Edad a partir de la que se considera un problema es cinco años en niñas y seis en niños aprox ya que se considera que la madurez orgánica para el control es sobre los seis años.



- No se debe a una condición médica determinada: diabetes, espina bífida o crisis convulsiva.



- Hay tres tipos:


. Enuresis primaria: único síntoma es escape de orina y nunca lo han controlado; su manejo corresponde al pediatra. Causas: factor genético, alteración de la hormona diurética, retraso en la maduración de órganos que controlan la micción.



. Enuresis secundaria: tras periodo previo sin mojar la cama ( más de seis meses) comienzan a presentar escapes. Necesita ayuda del psicólogo. Causas: stress provocado por fallecimiento de familiar, nacimiento hermano, infección urinaria, abusos...



. Enuresis complicada o síndrome enurético: mayores de cinco años que además de mojar la cama durante el sueño, presenta problemas urinarios durante el día; micción frecuente, goteo con ropa interior húmeda, micción urgente. Valoración por el urólogo. Causas: alteración de vejiga, enfermedad renal...




- Qué no se debe hacer:



. Castigar al niño por orinarse. Sólo sirve para aumentar la angustia.



. Utilizar pañales: el niño no se preocupa de crear mecanismo interno de despertarse.


. Restringir los líquidos antes de dormir.



. No darle ninguna importancia, supone no generar la necesidad en el niño de controlar el problema.



- Qué se puede hacer:



. Hacer ejercicios de fortalecimiento del esfínter.



. Aumentar la capacidad funcional de la vejiga:



1.- Cuando el niño tenga ganas de hacer pis, irá al baño y se sentará en la taza aguantando un rato sin hacerlo. ( 30” al principio, luego más)



2.- Una vez que el niño empiece a hacer pis se le obligará a contener la orina varias veces. Al principio una, luego 2, 3 o 4. Estos ejercicios dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde.
. Pipí-stop.
 . Refuerzo social.

. Consultar al pediatra y/o al psicólogo.


Mari Carmen







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